miércoles, 28 de abril de 2010

'El Imaginario del Dr. Parnassus' o como Terry Gilliam logró salir airoso.

Terry Gilliam esta hecho de una pasta especial, es de esa rara clase de autores que persiguen su particular visión del cine y de la vida dirigiendo películas únicas y arriesgando su carrera con cada estreno. Ninguna de las películas que Gilliam ha dirigido a sido fácil; ha conocido moderados éxitos (“Twelve Monkeys”, 1995), estrepitosos fracasos (“Tideland”, 2005) e incluso rachas de mala suerte capaces de acabar con una película (“Lost in La Mancha”, 2002), pero de lo que no cabe ninguna duda es de que nunca se ha rendido (ni vendido). Durante toda su carrera ha dirigido los filmes que quería dirigir y de la forma en la que quería dirigirlos, lo cual le ha granjeado el desprecio de muchos, la simpatía de unos pocos y el desconocimiento por parte del Gran Publico. Y es precisamente ahora, después de uno de sus mayores fracasos y debido a causas totalmente ajenas a su voluntad, cuando su nombre ha sonado por fin en los medios. Como todo el mundo sabe, Heath Ledger, protagonista de El Imaginario del Doctor Parnassus (“The Imaginarium of Doctor Parnassus”, 2009), falleció antes de terminar de rodar sus escenas, lo que obligo al director a realizar una pequeña modificación en la cinta para poder estrenarla.


Es este, la muerte del actor principal antes del fin del rodaje, un agujero que podría haber derribado cualquier otra producción por consistente que esta fuera, pero que Gilliam parchea de forma más que efectiva. En los momentos en los que Tony , personaje interpretado por Ledger atraviesa el espejo mágico de Parnassus, se adentra en el mundo fantástico y onírico de los sueños, y es en estos momentos en los que su aspecto se ve alterado por los rasgos de Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell. Tres actores que resultan (Law en menor medida) perfectos para el Tony que interpretan en cada momento, casi como si en el guión ya estuviera contemplada la idea de cuatro actores distintos para un mismo papel, lo que dice mucho acerca de la capacidad de Terry Gilliam para reponerse de las caídas y solucionar los problemas, habilidad que debe de tener bien desarrollada vista su carrera.


Esta capacidad no impide que el director plantee su argumento con cierta torpeza, quedando una historia incomprensible en ciertos momentos y algo lenta en arrancar. Aun así, la historia se va haciendo mas clara y la narración mas fluida cuanto más nos sumergimos en la parte onírica y más nos alejamos de la sobria realidad. Esto, sumado a unas actuaciones algo forzadas (Christopher Plummer) y sobreactuadas (Andrew Garfield) hacen de El Imaginario del Doctor Parnassus una película irregular que, sin embargo, mejora en los momentos en los que aparece Tom Waitts (siempre excelente aunque lamentablemente se prodigue poco en la gran pantalla), en ciertas escenas que remiten a los mejores Monty Python (el numero de los policías, o los gangsters explotando bajo la falda de su madre) y en el mas que correcto diseño de producción a cargo de Anastasia Masaro, una relativamente novata en Hollywood a la que le espera, a juzgar por su trabajo en esta película un futuro notable. Destacan los barrios bajos de Londres, una ciudad lóbrega, y falta de color por la que deambula el Doctor Parnassus con su troupe entre marginados y borrachos. Un escenario que es fiel reflejo del Parnassus exterior, un ser inmortal y decadente, consumido por dentro y sin motivos para seguir adelante, y que contrasta con el interior de su mente, un mundo absurdo y original en el que unas interminables escaleras pueden llevarte a las nubes y un cielo de zapatos y joyas de vivos colores pueden hacer feliz a una mujer.


Una película como esta hace que uno se fije en lo caprichoso que es el Gran Publico, preguntándose porque unos directores, como Tim Burton, ruedan millonarias superproducciones; mientras que otros, como Terry Gilliam, tienen dificultades para vender su película en el pais que mas cine consume, aun cuando esta cuenta con un guión sólido, unos actores de primera línea y una propuesta mas original que el 90% de lo que se estrena en las salas de cine actualmente. De todos modos lo importante son las historias, la imaginación y la fantasía y, como el Doctor Parnassus le dice al diablo en un momento de la película: “no puedes evitar que se cuenten historias”.

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