Equilibrium (Id, 2002), otra de esas películas que jamás veremos en nuestro país si no es acudiendo a la importación o a métodos no muy legales. Y van… Equilibrium es la opera prima de Kurt Wimmer, que posteriormente dirigiera a Milla Jovovich en Ultraviolet y que probablemente se encargue de la traslación a la pantalla del popular videojuego Metal Gear Solid. La película muestra como en un futuro cercano, la humanidad ha sido diezmada por la tercera guerra mundial; sabedores de que no podrán soportar otra guerra, se prohíbe aquello que las provoca, los sentimientos. Se crea una gran urbe llamada Libria dirigida por el Padre, y se obliga a los ciudadanos a tomar cada 6 horas una medicina que anula la capacidad de sentir (sic.), el Prozium. Además, un cuerpo de Clérigos especialmente entrenados, se encargan de detener a todo aquel acusado de sentir, así como de quemar todas las obras de arte que encuentren. Un día, uno de esos clérigos, John Preston (Christian Bale), se queda sin Prozium que administrarse y comienza a dudar del régimen al que pertenece. Nada mas leer la sinopsis, lo primero que viene a la cabeza es 1984 y Fahrenheit 451, y si a esto le sumamos que cuando vemos las imágenes de lucha, mezcla de arte marcial con despilfarro de balas perfectamente coreografiadas, lo único que nos viene a la cabeza es la palabra Matrix, tenemos como resultado una mezcolanza de clásicos (o no tan clásicos) de ciencia ficción que no promete un gran resultado. Sin embargo, aun siendo un popurrí filmado al rebufo del éxito de Matrix (The Matrix, 1999) –tengamos en cuenta que aunque se estrenó en 2002, Equilibrium fue filmada en el año 2000- y abusando mas de lo recomendable de lo conocido, no es óbice para que la película demuestre cierto estilo y albergue un puñado de escenas salvables por las que merece la pena, al menos verla una vez.
El principal problema de la película es su punto de partida, el hecho de tener que mostrar a personas incapaces de manifestar sentimientos es tan difícil que fracasa desde el primer minuto. Irritación, orgullo, felicidad, simpatía, etc., todos ellos son sentimientos que muestran los personajes en un momento u otro y mediante los que anulan la premisa misma en la que se cimenta todo el film convirtiendo lo que debería ser creíble en totalmente inverosímil, haciendo imposible que el espectador empatice con la historia o los personajes. Otro de sus fallos mas destacados, probablemente debido a la inexperiencia de su director es una manifiesta falta de ritmo; este, que debería venir marcado, entre otras cosas, por la sucesión de escenas de acción con otras mas tranquilas que hicieran avanzar la historia y que a la vez crearan la expectativa de lo que está por acontecer, aparece lastrado por la poca preparación que antecede a las secuencias de acción y la ruptura de la continuidad entre las escenas. A esto se le suma un guión simple y previsible, amén de ser un corta-y-pega descarado formado por escenas e ideas ajenas -la escena del tiroteo en el pasillo de columnas es de autentica vergüenza ajena-, y unos actores no muy inspirados –es triste que Sean Bean o William Fichtner, malempleados como secundarios, muestren mas carisma que Christian Bale a pesar de aparecer 10 veces menos en pantalla- y se entiende porque, un película con un presupuesto de 20 millones apenas recaudara 1 en los Estados Unidos; al fin y al cabo, el público no es tonto.
A pesar de todo, y admitiendo que Equilibrium está muy lejos de ser una buena película, sí contiene ciertas escenas que merecen la pena y que permiten vislumbrar algo parecido a un estilo por parte de su director; son escenas que carecen del tufillo a refrito que inunda la película y que llaman enormemente la atención en comparación con la insipidez del resto del film. La escena del tiroteo en la oscuridad que presenta el gunkata -arte marcial inventado para la película que se basa en cálculos matemáticos para conocer las trayectorias de las balas y los lugares en los que estas provocaran mas daño- es la primera que llama la atención, no por ser una buena escena, pues la iluminación deja bastante que desear cuando se ve a los cuerpos volar por los aires y le da a la escena un aspecto de bajo presupuesto, sino por demostrar cierta originalidad e individualidad de su director; la ejecución de Partridge (Sean Bean) en el interior de la catedral por parte de Preston cuando este se da cuenta de que su compañero ha empezado a sentir, demuestra también una cierta búsqueda de una estética personal por parte de Wimmer que lamentablemente no va a más a lo largo del film si no que se disuelve paulatinamente entre los paralelismos (o plagios) con otras películas /libros, perdiéndose por completo al llegar a mitad de metraje; como estas, hay otras que en mayor o menor medida permiten vislumbrar algo que podría haber sido pero que no llega a cuajar en ningún momento. Estas escenas hacen que uno se pregunte si están en la película porque realmente representan una cualidad fílmica de su director o si son un esfuerzo consciente por parte del mismo para distanciarse, por poco que sea, de Matrix y disimular así el calco al que esta sometida. Aún así, como he dicho, funcionan, y eso debería bastar. Además y siguiendo en esta línea, los tiroteos durante la primera mitad del metraje, intentan diferenciarse de los de la película de los hermanos Wachowsky con algo de éxito, lamentablemente, igual que todo en la película, va desapareciendo conforme avanzan los minutos. Equilibrium es una película que aspira a tener una personalidad propia sin conseguirlo en ningún momento, las influencias pesan, y en este caso demasiado.
Un último apunte final que no me resisto a hacer. En el film, el régimen de Libria había prohibido los sentimientos porque estos conducen a la violencia. Sin sentimientos, no habría odio, ni venganza, ni desprecio, ni guerras, ni asesinatos… Es curioso como, al final de la película cuando los rebeldes consiguen su objetivo y el Padre ha caído, lo que Preston ve desde la ventana en la que está, es un estallido de violencia que asola la ciudad entera, explosiones en las fábricas de Prozium, soldados acribillados y destrucción por todas partes. Finalmente el comportamiento de las personas con sentimientos corrobora la premisa inicial del régimen. ¿Quizás sean, realmente los sentimientos los que provocan la violencia?
1 comentario:
Excelente despiece, compañero, de una peli que, al parecer, no tiene excesivos valores dignos de destacar, pero que, como hay que verlas todas, pues hay que echar también al zurrón. Felicidades por la reseña y te "sigo siguiendo"...
Un abrazo y buen fin de semana.
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